La provincia impulsa un proyecto de ley para declarar al salmón Chinook especie exótica invasora y establecer un plan de control y aprovechamiento en la cuenca del río Santa Cruz. La iniciativa, presentada en un taller participativo en Comandante Luis Piedra Buena, busca reducir impactos ambientales y generar beneficios sociales y productivos.

El pasado 25 de agosto se realizó en Comandante Luis Piedra Buena el taller informativo y participativo denominado “Plan de Control y aprovechamiento del salmón Chinook en la cuenca del río Santa Cruz”. Convocado por la subsecretaría de Coordinación Pesquera, a cargo de Fernando Marcos, el encuentro reunió a pescadores deportivos, estudiantes, docentes, técnicos, autoridades locales y vecinos interesados.
En ese contexto, Marcos presentó el proyecto de ley que impulsa el establecimiento de un marco normativo para el manejo del salmón Chinook en la provincia, una especie exótica que ha colonizado de forma estable el sistema del río Santa Cruz. Esta iniciativa busca ordenar el aprovechamiento de esta especie que ya se encuentra instalada en la cuenca, transformando un problema ambiental en una oportunidad de desarrollo social y productivo.
El texto establece que el Chinook será considerado “especie de uso controlado”, lo que permitirá diseñar un Plan de Control y Aprovechamiento, que incluirá permisos especiales de pesca artesanal priorizando a residentes locales, infraestructura de frío y faena, circuitos de comercialización regulados, monitoreo científico y campañas de sensibilización comunitaria. Además, se prohibirá la siembra o liberación de ejemplares vivos en ambientes no invadidos.
La propuesta se apoya en talleres participativos que reunieron a instituciones provinciales y nacionales, municipios, universidades, ONGs y comunidades locales. Fue desde esos espacios que se alcanzó un consenso, ya que el aprovechamiento regulado del Chinook puede ser una de las estrategias más efectivas para mitigar sus impactos y, al mismo tiempo, generar empleo y alimentos de calidad.

El trasfondo científico e histórico
El salmón Chinook (Oncorhynchus tshawytscha) es originario del Pacífico Norte y llegó a la Patagonia a través de escapes de experiencias productivas en Chile durante los años 70. Fue detectado en la cuenca del río Santa Cruz en 1998 y, con el tiempo, se expandió a ríos afluentes como el De las Vueltas, Guanaco, Caterina y Las Hayas.
Su ciclo de vida es anádromo y semélparo. Es decir; migra al mar para crecer y regresa a los ríos de nacimiento para reproducirse una sola vez, tras lo cual muere. Este proceso aporta gran cantidad de materia orgánica a los sistemas de agua dulce, alterando los nutrientes y generando nuevos desequilibrios en los ecosistemas.
Los impactos ya están documentados. Se trata de competencia con peces nativos, cambios en la biodiversidad acuática y terrestre, riesgo sanitario por el consumo de carne obtenida en circuitos informales, y conflictos sociales en torno a la pesca. Sin embargo, la especie también despertó un creciente interés recreativo y alimentario, que ahora busca ser encauzado bajo criterios de sostenibilidad y regulación.
El desafío ahora es conjugar tres dimensiones: la conservación ambiental, el ordenamiento productivo y el desarrollo social. En palabras de los fundamentos que acompañan la ley, “las invasiones biológicas amenazan la biodiversidad y la sustentabilidad de los sistemas, pero la gestión del Chinook ofrece la oportunidad de generar trabajo genuino y acceso a alimento de calidad”